Mirad el corazón que estremece
La pena de muerte a los mercaderes
Que vendían el doble de lo permitido
Para sacar lo suyo del bolsillo
Y perdónanos la vida caballero
Sin importar el nombre y la fama
Si quería yo un semillero
Donde echar mi cabeza y la espalda
Ahora a pagar queda la condena
Sin esperanzas que te apiades y liberes
Más detente cuando puedas, corre
Que mi alma come sueños de primavera
Pero apiádate de la justicia firme
Que pronto viene y me libera
Si haces de la condena un frasco
Que se bebe y se renueva
Y vertiendo la cabeza al pozo
De la podredumbre de la gleba
A la que pertenezco y me somete
A la que me matas y aconsejas
Libérame caballero
Que la hipocresía nos lleva
Callando hoy mis fallos
Sin ver jamas tu oreja.
KEYLA GONZÁLEZ
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