Abetos son sus ojos
Que miran a la especie
Miran mi sombra
Y se alegran de verme
¿Qué tan cruel puede ser
El invierno que me tiene?
Para arrancarme del hastío
Y llevarme a ver lo perenne
Los abetos, dulces abetos
Que se mantienen y no caen
Que evolucionan y crecen
Que me lastiman y me sanan
Abetos, crueles
Todos ellos
Que jamás pensé en verlos
Jamás amarlos
Y ahora muero por sus pieles.
KEYLA GONZÁLEZ
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