Y sinceramente, no quiero que nadie diga nada.
Ojalá el cuchillo que tengo al lado de mi cama se solo para defenderme, como tal vez le diga a alguien si pregunta. Porque yo sé que no soy capaz de cortarme, aunque lo intento. Solo está ahí por si algún día me da la valentía para hacerlo.
Yo solo quiero estar bien todos los días. Y que la tristeza de todos los días se vaya.
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