domingo, 23 de julio de 2017

Cavilaciones

Había dejado de leer desde hace medio año y hasta ahora descubro la verdadera razón de la apatía al querer tomar un libro.
Mi optimismo rechazaba lo imposible de dichas historias, porque para leer es necesario tener una creencia de posibilidad ante lo escrito y mi optimismo deseaba esa posibilidad para la vida real, porque a fin de cuentas, el optimismo no es más que la fantasía de lo real.
Volví apasionadamente a la lectura y tal vez los otros vean que me he vuelto negativa de nuevo, pero sé diferenciar de nuevo en lo absurdo de la realidad y lo fantástico de lo escrito, sin que esto me afecte más de lo necesario.

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